"Como Conejos Hambrientos"
Era un día como todos, Eve se levantó, almorzó, se preparó la ropa para bañarse, esperó a que se hiciera la hora y partió para el jardín.
Cuando llegó, se encontró con sus amiguitos preferidos: Franco, Gino y Diego, tres chicos muy traviesos, que al enterarse de que días antes habían plantado millones de zanahorias en el patio de los chicos de la primaria, planearon una misión secreta: Sacarlas sin que nadie se diera cuenta y comérselas.
Los cuatro partieron para el patio en el cuatriciclo, que lo habían sacado del sótano del jardín. Apenas llegaron comenzaron a cumplir con su misión. Eve y Franco desesperados por las zanahorias las sacaron a casi todas y las guardaron en sus bolsillos; Diego y Gino como no querían ensuciarse el delantal, a las restantes, las llevaron en la mano. Una vez terminado, tomaron sus catri con sus zanahorias y partieron para el jardín porque si se quedaban a comerlas iban a llegar demasiado tarde. Ellos sabían que se iban a ligar un lindo reto porque se habían escapado sin que las seños supieran y porque esas zanahorias eran propiedad de los chicos de la primaria.
Cuando llegaron se asustaron mucho, tenían mucho miedo, por lo que no tuvieron la mejor idea de mentirle a la seño diciéndole que estaban jugando en las hamacas, pero ella no les creyó, entonces tuvieron que decir la verdad.
Lo bueno fue que se ligaron un reto pequeño, lo malo que no pudieron cumplir con su misión, ya que no se las habían comido y lo que ellos no se dieron cuenta fue que la seño descubrió lo que habían hecho porque Eve y Franco tenían los bolsillos llenos de zanahorias y Diego y Gino las tenían en las manos.
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